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Montemariana nace del deseo de volver al origen. Inspirado por las mujeres de mi familia —tejedora de hamacas, narradoras de historias y guardianas del carácter—, este archivo honra la fuerza femenina que sostiene la cultura de San Jacinto.
En los Montes de María, donde alguna vez gobernaron las cacicas y hoy siguen latiendo resistencias silenciosas, las mujeres han sido columna vertebral de la tradición y la identidad. Montemariana es un homenaje a ellas, a sus manos, a su voz y a su mirada firme.
¿Por qué Montemariana?
Montemariana nace del territorio y de las mujeres que lo habitan y lo han habitado con dignidad, coraje y memoria. El nombre es un homenaje doble: a los Montes de María, esa cordillera cultural y política que rodea a San Jacinto y guarda siglos de historia, y a la fuerza femenina que desde siempre ha sostenido su tejido social y simbólico. En estas tierras, las cacicas gobernaban con sabiduría antes de que existieran los archivos o las crónicas. La mujer montemariana no solo cuida y canta: también decide, recuerda, resiste y transmite.
Archivo, afecto y resistencia
Los materiales que componen este archivo —fotografías, música, relatos, entrevistas, documentos— fueron recolectados desde la escucha, la caminata y el vínculo. La colaboración con el Museo Comunitario de San Jacinto, personajes como Olivia Carmona y el Archivo de Patrimonio Cultural de Cartagena permitió activar saberes ya existentes y visibilizar otros que habitan en lo íntimo, lo oral, lo cotidiano.